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CARTA A SU HERMANA MARGARITA RELATIVA A

Su obra

Obra artística

Cada comunidad cristiana, desde siempre, ha expresado su fe a través del arte. Iglesias y capillas, lugares de culto, han sido bendecidos por la belleza que brota de las manos de creadores y artistas, en todas las manifestaciones imaginables, como una alabanza a Dios.

Monseñor Valdés se esforzó por crear objetos de culto para sus iglesias y capillas: diseñó y pintó crucifijos de gran tamaño y talló en madera sagrarios, altares y puertas de tabernáculos.

 

Sus cruces nos remiten a la Toscana y la Umbría del duecento y del trecento. Su inspiración procede en gran medida de Giotto, Cimabue y Simone Martini, pintores que inauguran la larga tradición de artistas conmovidos por la figura de San Francisco de Asís. Son cruces que poseen gran dulzura y dignidad, sobrepasando en contenido emocional a las figuras rígidas y estilizadas de los íconos bizantinos. Su lenguaje es expresivo, simple y sólido. Los colores son intensos y radiantes.

 

Destacan, en sus tallas en madera, los altares de las capillas del Espíritu Santo en Osorno, de Santa Teresa en Rahue Alto, de Forrahue, del Hogar San José en Pucón, de la parroquia Cuinco, y los dos altares de la catedral de San Mateo, el altar mayor y el altar de la capilla lateral. Talló también la puerta del tabernáculo de la Casa Madre de las Hermanas Misioneras Catequistas de Boroa.

 

¡Toda esta labor, que le alegraba el alma, la hacía dar gloria a Dios y hacerle amar entre los hombres!

Cruces y tallas religiosas
Dibujos
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